Aprende a cómo hacer una denuncia por acoso callejero

Si estás cansada del acoso sexual tienes que aprender a hacer una denuncia en la comisaría. ¡El hecho no debe quedar impune! Según el Colectivo Contra el Acoso Callejero, 1 de cada 2 mujeres se sienten acosadas al salir a la calle.

Según la Organización Paremos El Acoso Callejero, el acoso sexual callejero es un tipo de violencia particular, tanto física como verbal, ya que por lo general no implica una relación entre la víctima y su agresor.

«Esta violencia incluye prácticas como silbidos, comentarios sexualmente explícitos, miradas fijas, masturbación pública, seguimiento, tocamientos (“metida de mano”), exhibicionismo (mostrar los genitales), entre otros, del que son víctima las mujeres cotidianamente en la calle o en el transporte público».

Por lo tanto, si la muestra de violencia se dio en un restaurante o lugar privado, no es posible acudir a una comisaria con este pedido. El acto puede caer en Invasión a la Privacidad u otros.

Recuerda que hay una ley que te permite denunciar este tipo de violencia. Es la ley Nº 30314 «Ley para Prevenir y Sancionar el Acoso Sexual en Espacios públicos». Para sentar la denuncia debes acudir a la comisaría con elementos que sustenten tu acusación.

Todo esto será tomado en cuenta en la declaración jurada de validación para luego dar pase a la investigación.

En el mismo momento que estás sufriendo de acoso, busca a un policía o serenazgo para poder decirle lo que estás pasando y mostrarle tu interés por sentar la denuncia.

Según la ordenanza 494-2017, que fue publicada en el diario El Peruano, las personas que tengan conductas impropias de índole sexual de manera física o verbal recibirán una multa de más de 4 mil soles.

Recuerda que la policía debe sentar tu denuncia si es que tienes todo lo necesario. Si se niega, él o la policía puede verse perjudicado. Así lo dicta la ley:

Cuando acabe la investigación debes verificar que el acosador fue multado. Por lo que la resolución de la sanción debe enviarse a las partes que tienen que ver en este asunto. Este caso siempre se trabaja con las municipalidades de las partes. Incluso, muchos tienen cambios en la suma de la multa.

En el Perú y el mundo, miles de chicas sufren de acoso callejero, aquí te dejamos algunos testimonios que realmente causan indignación.

«Luego de un lindo almuerzo con mi novio, nos despedimos en la calle, él tomó un taxi y el semáforo estaba en rojo. En el segundo en el que entró, 3 taxistas me gritaron cosas desde sus autos, demostrando una vez más que a penas te ven sola ya creen que eres propiedad pública o algo parecido. La verdad, me afectó mucho porque fue delante de un montón de gente y nadie dijo nada, a nadie le pareció extraño, solo observaban desde sus autos y en la vereda.

Últimamente intento reaccionar/responder al acoso pero en ese momento me sentí muy intimidada. Entonces, empecé a caminar rápido al paradero, bastante afectada. Llegué a la esquina, nerviosa porque no sabía si tomar un taxi seguro o seguir con mi plan de ir en combi y pasaron dos carros particulares que me tocaron la bocina. Me sentí peor, muy desprotegida». Fuente página de Facebook Paremos el Acoso Callejero.

En Chile, las mujeres cuentan sus testimonios en la página «Observatorio contra el acoso callejero«. Este es el que más nos impactó porque ocurrió en una fecha especial.

«Era un 24 de diciembre, me bajé de la micro que me deja a unas cuadras de mi casa. Los obstáculos para llegar son tres semáforos, dos en el mismo sentido y uno que da hacia la villa donde vivo. Venía con mi mochila y un regalo de navidad en una bolsa más o menos grande. Cuando iba en dirección a cruzar el último semáforo, veo que se acercan dos tipos con una cerveza en la mano, uno de ellos se abalanza contra mi y me toma de la cintura diciéndome “mi amor”.

Me corrí lo que más pude, casi saliéndome de la vereda y me protegí con mi bolsa para que se alejara. En lo que el semáforo se demoró en dar verde, él me gritó de forma muy agresiva “¡ven pa acá!” y ahí me quedé estupefacta esperando que se alejara. De pronto, veo que un auto conducido por una mujer para en la calle y me hace una seña para cruzar a pesar de estar en rojo, seguramente vio todo lo ocurrido. Mientras me dirigía a la calle del frente, escuché un último grito del hombre que me acosó: “Feliz navidad”, dijo.»

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